domingo, 17 de noviembre de 2019

“El sueño, un tratamiento del goce”, un comentario. María Solita Quijano S.*

Me encontré con el texto de Bénédicte Jullien publicado en el boletín del Congreso 2020 de la AMP; digo que me encontré porque el título retuvo mi atención: El sueño, un tratamiento del goce, ¿qué quiere decir?

En primer lugar ¿cómo toma El sueño? El singular del artículo alude a una generalización, en el sentido de “Todo sueño es…un tratamiento del goce” o el sueño como trabajo del inconsciente que cifra “es un tratamiento del goce”; Freud dice a propósito del sueño “padre, ¿no ves que ardo?” que son “sueños que se presentan manifiestamente como sueños de comodidad. En verdad, todos los sueños merecen esta designación”[1], dice Freud.

En esta idea se relieva la función del sueño en su dimensión de desfiguración para el cifrado de lo que no puede pasar por insoportable para el sujeto. Si bien Freud no se detuvo allí frente al deseo de dormir y su función de esclusa, Lacan llevará su elaboración al punto de “siempre dormimos” Dice Lacan: “Eso no impide que el análisis tenga consecuencias, él dice algo. ¿Qué es lo que quiere “decir”? “Decir” tiene algo que ver con el tiempo. La ausencia de tiempo, es algo que se sueña es lo que se llama la eternidad, y ese sueño consiste en imaginar que uno se despierta. Uno pasa su tiempo soñando, no se sueña solamente cuando se duerme. El inconsciente, es muy precisamente la hipótesis de que no se sueña solamente cuando se duerme. [2]

Así entonces lo que nos transmite B. Jullien con “un tratamiento del goce” es una idea que suscita la consideración de tomar el sueño como uno entre otros tratamientos del goce, como una entre otras defensas contra el goce, como comentaba recientemente Patricia Tassara en una conversación con la NEL, velo frente a lo real; la clínica del autismo enseña a situar y valorar los diversos tratamientos del goce con los que un sujeto, un ser hablante, puede contar… o no. El autista inventa tratamientos con sus recursos.

Entonces me pregunté desde dónde se puede considerar el sueño como un tratamiento del goce, siendo que lo propone una AE y ella lo plantea en relación con el goce situado en su final de análisis, un real, para decir “Nada mejor que "Yo espero al Ausente" para soñar”[3], cómo entender esto. Dice B. Jullien “Como lo dice Lacan, uno no se despierta jamás...y mejor así pues lo real contra el cual nos defendemos es imposible de soportar,” y siempre, dice ella, el goce es una emboscada y el sueño un tratamiento.



[1] Freud, S. La Interpretación de los sueños (segunda parte). Tomo V, Amorrortu Editores, P.562
[2] Tomado de Bibliografía Congreso 2020 AMP.(1977-78) Libro 25, Momento de concluir, (inédito), Clase 1, 15 de noviembre de 1977

[3] Jullien, Bénédicte. Espero lo ausente. Testimonio publicado en Revista Lacaniana N°26, junio de 2019. Págs. 128-132

*Asociada Nel-Bogotá

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