Me
encontré con el texto de Bénédicte Jullien publicado en el boletín del Congreso
2020 de la AMP; digo que me encontré porque el título retuvo mi atención: El
sueño, un tratamiento del goce, ¿qué quiere decir?
En
primer lugar ¿cómo toma El sueño? El singular del artículo alude a una
generalización, en el sentido de “Todo sueño es…un tratamiento del goce” o el
sueño como trabajo del inconsciente que cifra “es un tratamiento del goce”; Freud
dice a propósito del sueño “padre, ¿no ves que ardo?” que son “sueños que se
presentan manifiestamente como sueños de comodidad. En verdad, todos los sueños
merecen esta designación”[1],
dice Freud.
En
esta idea se relieva la función del sueño en su dimensión de desfiguración para
el cifrado de lo que no puede pasar por insoportable para el sujeto. Si bien
Freud no se detuvo allí frente al deseo de dormir y su función de esclusa,
Lacan llevará su elaboración al punto de “siempre dormimos” Dice Lacan: “Eso no
impide que el análisis tenga consecuencias, él dice algo. ¿Qué es lo que quiere
“decir”? “Decir” tiene algo que ver con el tiempo. La ausencia de tiempo, es
algo que se sueña es lo que se llama la eternidad, y ese sueño consiste en
imaginar que uno se despierta. Uno pasa su tiempo soñando, no se sueña
solamente cuando se duerme. El inconsciente, es muy precisamente la hipótesis
de que no se sueña solamente cuando se duerme. [2]
Así
entonces lo que nos transmite B. Jullien con “un tratamiento del goce” es una
idea que suscita la consideración de tomar el sueño como uno entre otros
tratamientos del goce, como una entre otras defensas contra el goce, como
comentaba recientemente Patricia Tassara en una conversación con la NEL, velo
frente a lo real; la clínica del autismo enseña a situar y valorar los diversos
tratamientos del goce con los que un sujeto, un ser hablante, puede contar… o
no. El autista inventa tratamientos con sus recursos.
Entonces
me pregunté desde dónde se puede considerar el sueño como un tratamiento del
goce, siendo que lo propone una AE y ella lo plantea en relación con el goce
situado en su final de análisis, un real, para decir “Nada mejor que "Yo
espero al Ausente" para soñar”[3],
cómo entender esto. Dice B. Jullien “Como lo dice Lacan, uno no se despierta
jamás...y mejor así pues lo real contra el cual nos defendemos es imposible de
soportar,” y siempre, dice ella, el goce es una emboscada y el sueño un
tratamiento.
[1] Freud, S. La Interpretación de los sueños
(segunda parte). Tomo V, Amorrortu Editores, P.562
[2] Tomado de Bibliografía Congreso 2020 AMP.(1977-78) Libro 25,
Momento de concluir, (inédito), Clase 1, 15 de noviembre de 1977
[3]
Jullien, Bénédicte. Espero lo ausente. Testimonio publicado en Revista
Lacaniana N°26, junio de 2019. Págs. 128-132
*Asociada Nel-Bogotá
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