domingo, 17 de noviembre de 2019

Sueños de fin de análisis. Stella Cortés*

Realizo este trabajo en el marco del Seminario de Escuela que lleva por título “Sueño e Inconsciente real”, como parte del trabajo orientado hacia el XII Congreso de la AMP que centra el eje en torno a “El sueño. Su interpretación y su uso en la cura Lacaniana”. Por lo anterior tomo algunos apartes del argumento, que articulo a dos sueños de AE en el final de análisis, ya publicados.

Apartes del argumento

Se puede pensar que el “Congreso, abre un espacio y un tiempo para interrogar al sueño en lo que cada práctica tiene de azarosa y cómo el sueño viene cada vez a dar cuenta o no de un real para cada uno”


Los sueños en Freud son una realización (alucinatoria) de deseos. Se pueden aislar en su obra, tres tiempos, un primer tiempo, todo sueño es realización de deseos por tanto interpretables; un segundo tiempo con la aparición del más allá del principio del placer, con la aparición de sueños que no son realización de deseos, por tanto no interpretables… un tercer tiempo… no se va a tratar de la excepción, el sueño tiene una falla.

Hay una modificación estructural en su teoría. La excepción se refería a los sueños traumáticos, la fijación inconsciente a un trauma parece contarse entre los principales impedimentos de la función del sueño” [18]. Mientras todo sujeto conlleva una fijación al trauma, el sueño pasa a ser “un intento de realización” [19]… Pues, la función del sueño, como todo acto psíquico de pleno derecho“, es  “trasmudar el episodio traumático en una realización de deseo” [21]. En este sentido el sueño de la inyección de Irma Freud pone en juego un resto diurno, que está dado por la entonación de la voz de Otto que queda resonando. Freud plantea que se sueña para seguir trabajando y en ese punto encuentra una relación estrecha entre la función del resto diurno y la función de la causa”.

“Lacan trabaja este sueño y da cuenta de dos tipos de interrupciones… la visión de la garganta, visión que angustia… En el mismo lugar ubica lo real, la angustia, el órgano sexual femenino y la muerte. Por otro lado, la segunda interrupción está ligada a la escritura [25], al límite mismo de la palabra.

Los sueños en Freud se inspiran en el deseo de dormir, por el contrario, los sueños en Lacan se inspiran en el deseo de despertar, como lo cita el argumento, “Tengo todo el derecho, tal como Freud, de compartir mis sueños con ustedes. Al revés que los de Freud, no están inspirados por el deseo de dormir. Lo que me mueve, más bien es el deseo de despertar” 

Todo lo que implique el franqueamiento de la homeostasis del “principio del placer, que es también el principio del sentido” L, constituye el despertar, como mostración del goce, como cortocircuito en un fuera de sentido.

Primer sueño de fin de análisis.

Avdalah

En las últimas sesiones de análisis Ram Avraham Mandil relata a su analista el siguiente sueño: [Freudiana No 70, enero abril 2014]

“estoy frente a mi mujer, que me comunica que me está dejando por otro; inmediatamente siento una contracción en la mandíbula, pero no me angustio; esa contracción, sin embargo, me impide hablar correctamente”. Frente al analista y frente a su sonrisa, percibo que la sonoridad de la palabra “mandíbula” (mandibule), articula mi apellido y la burbuja (bolha) que había construido en mi estrategia neurótica para defenderme de lo real”.

El sueño aún continúa: estoy ahora frente a dos miembros del cartel del pase, una mujer y un hombre. La mujer me pregunta si estoy preparado para responder todas las demandas que surgirán en caso de ser nominado. Pienso: ella tocó en mi punto débil. El hombre que surge en el sueño, un antiguo AE, que tiene el mismo nombre que yo, me habla sobre la trasmisión del pase: “usted debe hacerlo como se trasmite una parte de la Torah”. El nombre de esa parte de la Torah desaparece y en su lugar surgen tres letras: A…V…D”. Despierto y me viene inmediatamente la palabra en hebreo: “avdalah”… Constato su significado: “separación”. Se trata de la parte de la ceremonia judía que separa los días festivos de los días comunes, el shabat de los otros días de la semana.

Este sueño produjo en el soñante un significante nuevo avdalah. “Avdalah” es el nombre que da el soñante a las letras que emergieron como efecto de lo real del sueño, no es la reducción de estas letras a un significado, “significante nuevo que desencadenaría un despertar, donde el despertar, podría por así decir, cesar de no escribirse”. [ULp.145]

Esta interrupción del sueño está ligada a la escritura, al límite mismo de la palabra, avdalah, como efecto de haber tocado un real, entendido lo real, como lo que carece de sentido, como límite de lo simbólico, límite de la interpretación, que en este caso sella el final del análisis, no hay nada más que interpretar, reducción del ser hablante al Uno como pura sustancia gozante.

Avdalah, surgimiento en el sueño de un agujero imposible de nombrar.

Segundo sueño de fin de análisis

Twingo [Revista lacaniana de psicoanálisis No. 18]

Después de su tercer análisis Bruno de Halleux, comenta a su analista su decisión de presentarse al pase, que de ser nominado le preocupa enfrentar a los brillantes miembros de la Escuela, que le despiertan agresividad en el sentido de pensar “que quienes creen que son”, los llama los barones del psicoanálisis. Su analista le recomienda llevar esta preocupación al análisis.

Y esa noche sueña:

Va a ver una dama, baronesa en su región que fue importante en su infancia. Pedalea su bicicleta, que se frena sin ninguna razón aparente, a tal punto que se detiene. Llega un twingo que en lugar de pasarlo se detiene. Se baja un hombre que parece borracho del cual apenas se defiende de los grandes movimientos que hace con sus brazos. Quiere irse, pedalea su bicicleta que se frena, sin que entienda cómo. El hombre viene directo a pegarle y en lugar de salir corriendo como sería lo prudente, lo enfrenta para pegarle. Le da un golpe en la cara y grita “No”, tan alto que despierta él y su familia.

Primera interrupción del sueño, su bicicleta que se frena sin ninguna razón aparente, aparece la angustia, como un real, por enfrentar a los brillantes miembros de la escuela, que funciona como resto diurno, en estrecha relación con la función de la causa.

El sueño simboliza la imagen, llega un twingo, el significante twingo que hace cadena en relación con la historia familiar. “Twingo” significante que viene directo de la línea paterna, su padre fue director de una empresa de automóviles. Twingo, el hecho de ser gemelo de su hermano, con quien le va bien, en la lengua inglesa en la que su madre decía sus secretos. Su hijo que en la época del sueño se divertía contando twingos amarillos. El puñetazo, el “no” que grito, muestran una mutación subjetiva. El pase es eso, ya no se trata de refugiarse sino de enfrentar”.

Es la segunda interrupción del sueño que está ligada a la escritura, al límite mismo de la palabra twingo, como efecto de haber tocado un real, entendido lo real como lo que carece de sentido, como límite de lo simbólico, límite de la interpretación, que en este caso sella el final del análisis, no hay nada más que interpretar, reducción del ser hablante al Uno como pura sustancia gozante.

Como dice Marie-Hélène Brousse  “El sueño interpreta, es su lado “ombligo”. Interpreta el traumatismo inaugural, el momento en el que el sujeto y el objeto coincidieron, su diferencia abolida. Por un lado, la vía regia basada en la dictadura del sentido, por el otro el ombligo, un agujero en el saber, un agujero que resuena y produce ondas… Troumatisme dirá Lacan. [P. 4]

En los testimonios de pase se encuentra la reducción a la escritura, que está fuera del sentido en relación al núcleo traumático, que es el hueso del Sinthome. Twingo agujero en el saber, “surgimiento en el sueño de un agujero imposible de nombrar]… Pero el sueño, que ya no es un mito para ser contado sino escritura para leer, contribuye a proporcionar al Sinthome un nombre que anuda al sujeto con el objeto. Marie-Hélène Brousse  en “El artificio, reverso de la ficción”.P.8

Como nos dice Marie-Hélène Brousse, Los sueños de fin de análisis, son un encuentro con el fuera de sentido. El sueño como un instrumento del despertar. Algo cesa de no escribirse.

*Asociada-Nel Bogotá

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