domingo, 17 de noviembre de 2019

Dora soñante. María Auxiliadora Rodríguez*

La histeria sueña, sueña en cifras para no saber, sueña para el Otro, sueña bajo transferencia. Así Dora trae sus sueños, los trae bajo su repetición, pone a Freud a trabajar.

Freud redacta la primera versión del caso en 1901, un año después de la publicación de la Interpretación de los sueños, y lo nombra “Sueños e histeria”[1]. Paralelamente se encuentra trabajando en su texto Psicopatología de la vida cotidiana. Está dedicado a las formaciones del inconsciente, en pleno desciframiento, interpretando desde su posición de arqueólogo.

Sueños de fin de análisis. Stella Cortés*

Realizo este trabajo en el marco del Seminario de Escuela que lleva por título “Sueño e Inconsciente real”, como parte del trabajo orientado hacia el XII Congreso de la AMP que centra el eje en torno a “El sueño. Su interpretación y su uso en la cura Lacaniana”. Por lo anterior tomo algunos apartes del argumento, que articulo a dos sueños de AE en el final de análisis, ya publicados.

Apartes del argumento

Se puede pensar que el “Congreso, abre un espacio y un tiempo para interrogar al sueño en lo que cada práctica tiene de azarosa y cómo el sueño viene cada vez a dar cuenta o no de un real para cada uno”

Sueño y fin de análisis. Laura Arciniegas S.*

¿Cómo intervienen los sueños al final de un análisis? ¿Son diferentes a los del inicio? Si así fuera, en qué consiste la diferencia ¿Cómo el sueño viene cada vez, a dar cuenta o no de un real para cada uno?

Los sueños de AE, nos enseñan sobre el vaciamiento de la significación que se tiene de ellos especialmente en el final del análisis.  Esos sueños, nos dicen,  ya no llaman al desciframiento, sino que constatan, muestran una cifra de goce singular. Están fuera de sentido, vinculados al entramado del núcleo traumático contingente y singular del parlêtre. En los testimonios de pase, encontramos de muchas formas diferentes esta misma reducción a la escritura o al agujero. Sueños que pueden tocar, cernir, constatar, indicar algo del real singular de un parlêtre. Sueños que escriben una letra, una palabra, una frase,  sueños que ya no son un mito para ser contado sino escritura para ser leída.

“El sueño, un tratamiento del goce”, un comentario. María Solita Quijano S.*

Me encontré con el texto de Bénédicte Jullien publicado en el boletín del Congreso 2020 de la AMP; digo que me encontré porque el título retuvo mi atención: El sueño, un tratamiento del goce, ¿qué quiere decir?

En primer lugar ¿cómo toma El sueño? El singular del artículo alude a una generalización, en el sentido de “Todo sueño es…un tratamiento del goce” o el sueño como trabajo del inconsciente que cifra “es un tratamiento del goce”; Freud dice a propósito del sueño “padre, ¿no ves que ardo?” que son “sueños que se presentan manifiestamente como sueños de comodidad. En verdad, todos los sueños merecen esta designación”[1], dice Freud.

domingo, 10 de noviembre de 2019

Vals con Bashir como levantamiento del velo frente a lo real. Miguel Gutiérrez-Peláez*


En la película Vals con Bashir[1], Ari Folman nos presenta su recorrido personal desde el olvido hasta el encuentro con el recuerdo traumático que es la raíz de ese olvido. Es una película con una bellísima propuesta visual en dibujos animados. Inicia con un sueño: 26 perros corriendo por una calle hasta detenerse en el umbral de la ventana del soñante. El soñante sabe bien a qué corresponde: fueron 26 perros los que mató durante su participación en la guerra del Líbano como miembro del ejército de Israel.  El relato del sueño confronta al director. “¿Qué recuerdas de tu participación en la guerra?” Nada, realmente. Aparece un recuerdo encubridor: en él está bañándose una madrugada en el mar, desnudo, junto con otros de los compañeros de su patrulla. Al fondo pueden ver los edificios y, sobre ellos, bengalas que se iluminan. Aún no sabe el horror que el recuerdo encubre.

Asumir un desvío que despierta. María de los Ángeles Morana*

En un espacio indeciso, en la inmensidad brumosa del pequeño recinto, de la escalera, o la acera mojada por lluvia que la impregna como palabras precediendo al amor, Chow Mo- Wan y Li- Zhen, son tomados por una pasión inconfesable en “Con ánimo de amar” (2000)[1], del cineasta chino Wong- Kar- Wai, premio en Cannes al mejor director.

La narrativa no lineal insinúa y sostiene un punto infranqueable hasta el final; ni el argumento ni la belleza de la forma eliden aquello que no hay. Iba a ser una película muda, para que los actores se expresaran solo a través del cuerpo, pero Kar-Wai introdujo palabras durante el rodaje; pues en sus películas parte de interrogantes sin texto prefijado y del deseo de contar una experiencia, más que de relatar una historia. El tratamiento del texto y de la imagen, al modo de Duchamp, invita a un “épanouissement”[2], una expansión del ánimo, durante un recorrido que enfrenta el agujero en lo representable, el fondo de imposibilidad sobre el que se produce lo poético[3], que en el arte y el sueño sirve de trampolín para saltar más lejos. Aborda así lo real como límite a lo simbólico, poniendo a la vez en movimiento lo imaginario y lo simbólico.

lunes, 4 de noviembre de 2019

Invención-sueño-imagen. Gladys Martínez*

¿Cómo pensar el sueño en tanto invención? Desde el nacimiento del psicoanálisis el sueño fue para Freud la vía regia de acceso al inconsciente. De allí siempre que hablamos de sueño esto nos remite inextricablemente al concepto de inconsciente y sus transformaciones a lo largo de la obra de Freud y Lacan.

En lo que Miller denominó la ultimísima enseñanza de Lacan, nos encontramos con una nueva dimensión del inconsciente y una redefinición de lo imaginario. Es desde la perspectiva del inconsciente real [1]que se hace más patente el sueño como invención.

La imagen en el sueño. Entre supuesto saber y L’Une-bévue. Clara María Holguín*

¿Puede pensarse el sueño como un artificio para nuestra práctica? Tanto desde la perspectiva freudiana, que piensa el sueño como guardián del “deseo de dormir”, donde se suspende lo imposible, como desde la perspectiva lacaniana, donde se trata del “deseo de despertar” que es lo imposible, “el sueño es una narración dirigida al analista, una combinación entre lo que se dice y lo que se escucha”[1], en donde predomina la imagen, lo visual. Consideración que lo diferencia de otras formaciones del inconsciente, y permite pensarlo como vía regia al inconsciente, incluso, una vía para acceder a lo que llamamos, inconsciente real ¿Qué estatuto dar a esta imagen?

Sabemos con Freud, que el sueño es una re-configuración sobre la materialidad del lenguaje que produce una nueva formación de expresión, representada en imágenes. Una escritura de imágenes o como él dice, una escritura jeroglífica/rebus, que no tiene que ver con el carácter pictográfico. Cada imagen vale en relación a otra, es decir, se definen por su relación. Esto permite decir que la imagen es aquí pensada en términos significantes. El sueño adquiere el estatuto de Sujeto supuesto saber, un texto para ser descifrado.

sábado, 26 de octubre de 2019

Invención-sueño y acto. Gloria María González*

El mismo nombre de la obra de Freud, La interpretación de los sueños, articula el sueño como producción del inconsciente, como invención y, la interpretación como acto de aquel a quien le es dirigido el relato del sueño. No obstante, es preciso considerar también que el sueño constituye, él mismo, una interpretación.

Hablar de la invención del sueño hace pensar en el trabajo de elaboración del sueño que constituye una transformación del material latente, vía la condensación y el desplazamiento, para escribir en imágenes y mostrar veladamente, las marcas de un real singular, causa del sueño de cada quien, ese real que resulta del impacto que lalengua ha tenido sobre el cuerpo del soñante.

Sobre el sueño “La Inyección de Irma”. Marian Brando*

El análisis que Freud realiza del sueño “La inyección de Irma”, las asociaciones fragmento a fragmento, y el cruce de las propias fronteras íntimas y defensivas que tal ejercicio implicó, evidencian su compromiso vivo con el desarrollo del psicoanálisis y la decisión inquebrantable con que asume exponer los contenidos que considera pudiesen aportar elementos importantes para descifrar el mecanismo del sueño y su función en la dinámica psíquica inconsciente.

La tesis freudiana sobre los sueños puede resumirse a groso modo en que son una realización alucinatoria de deseos inconscientes, esto los hace interpretables. Eminentemente material simbólico, al menos en las primeras elaboraciones, antes del tiempo teórico que inaugura Más allá del principio del placer, donde los sueños de angustia encuentran una primera explicación, apuntan a eso que no es interpretable que desborda el hilo simbólico e imaginario y fijando un punto de repetición, un punto de real: el ombligo del sueño.

Argumento, ejes, normas para el envío de trabajos

Argumento El tema escogido para las próximas jornadas “La invención del sueño: imagen, palabra, acto” , se une a la orientación que la AM...