La
histeria sueña, sueña en cifras para no saber, sueña para el Otro, sueña bajo
transferencia. Así Dora trae sus sueños, los trae bajo su repetición, pone a
Freud a trabajar.
Freud
redacta la primera versión del caso en 1901, un año después de la publicación
de la Interpretación de los sueños, y lo nombra “Sueños e histeria”[1].
Paralelamente se encuentra trabajando en su texto Psicopatología de la vida
cotidiana. Está dedicado a las formaciones del inconsciente, en pleno
desciframiento, interpretando desde su posición de arqueólogo.